De bruces contra la realidad
De un tiempo a esta parte vengo escuchando, leyendo, observando, como la gente de mi entorno y sobre todo de mi generación, está cada vez mas resignada y se sienten perdidos, sin saber que hacer ante la situación de mierda en la que vivimos, tanto en el país en general como en nuestros puestos de trabajo.
Somos de una generación que hemos tenido de todo lo que nos ha dado la gana, nuestros padres se han encargado dentro de sus posibilidades de sudar tinta para que nosotros, durante nuestra adolescencia y nuestra infancia, tuviéramos todas las gilipolleces que creaban moda en su día y que todos los niños tenían.
Nos lo hemos encontrado todo hecho, facilito, mascadito, simplemente con abrir la boca y patalear un poco en algunos casos conseguíamos lo que queríamos. No hacía falta pensar ni preocuparse por nada, ¿para qué?.
Sin embargo ahora parece que esa estrategia ya no funciona, porque siempre tenemos por encima a un o una hij@ de puta que quiere aprovecharse de nosotros y que además nos señala con el dedo y se ríe en nuestra cara.
En la escuela nos habrán enseñado muchas cosas, desde qué partes compone una célula (que hoy en día recuerde….. las mitocondrias y porque me hacía gracia el nombre), hasta como calcular el logaritmo neperiano (que no aprendí nunca como calcularlo, ni me ha hecho falta saberlo en la vida).
Lo que no nos enseñaron nunca es simplemente a vivir, a conocer tus derechos como ciudadano, a saber donde acudir para gestionar cualquier asunto burocrático o legal; no nos enseñaron que existen sindicatos alternativos, que hay organizaciones y colectivos de personas que se unen y que luchan por una misma causa y que incluso consiguen plantarle cara al sistema, ¿que cosas no?
Joder, no nos enseñaron ni nos avisaron de que cuando obtuviéramos nuestro anhelado y esperado título académico, nos serviría simplemente para que nuestra madre estuviera orgullosísima de su hij@ y también para adornar el salón o alguna estancia de nuestra casa. Tampoco nos dijeron que muy probablemente y con suerte acabaríamos trabajando para un empresario con mucha más pasta de la que puedas ganar en años, y que día tras día se llena los bolsillos a base de que tu te partas la espalda haciendo turnos inventados y pagándote lo que a él le parece conveniente.
Y como nada de esto a la gran mayoría de nosotros no nos lo ha enseñado nadie, llega un momento en el que o aprendes por ti mismo y te preocupas por enterarte de como funciona todo este tinglao o ves como cada día se aprovechan de ti. Cuando vas al banco y te han cobrado comisiones inventadas, cuando ves la factura de la luz, cuando llamas a tu compañía de telecomunicaciones y te enrean con mil artimañas para sacarte la pasta y que no te des cuenta, cuando te hacen un tipo de contrato que ni de lejos se corresponde con el trabajo desempeñado, etc.
Por eso, hace poco llegué a la conclusión, en uno de mis debates internos, de que toca moverse coño, quejarse, ser pesao y cansino sino estás conforme con las cosas que pasan a tu alrededor. Hay que pensar un poquito más y preocuparse por leer, por aprender de cosas que nos sean útiles en nuestros quehaceres diarios. Que no va a venir nadie a sacarnos las castañas del fuego y a solucionarnos los problemas y la vida. Que no pasa nada porque vayas en contra de lo que «todo el mundo piensa», joder es que me atrevería a decir que incluso de cara a la galería eres más «guay» si piensas diferente y actúas diferente a la masa.
Bueno pues ésta ha sido mi parrafada… si estáis tan aburrios que os habéis parado a leer este tocho al menos comentar algo y os cagáis en mi si queréis.